Ahora nos toca a nosotros

A todas las madres:

Hablar de la madre, es hablar del misterio de la vida, de la donación de todo un ser en favor de esta vida nueva.

Hablar de la madre es como un río de palabras de agradecimiento.

Un día, en su seno agarró una semilla de amor. Su alma, nos rodea hasta envolvernos con el más profundo sentimiento desde que advierten nuestra presencia, y nos acunan. Sus fluidos suavizan nuestros primeros movimientos y nos sujetan con un cordón con el que nos alimentan y nos ayudan a formarnos... ¡Ese cordón que tanto cuesta cortar!.

Temblamos con sus miedos y ella sonríe con gozo nuestros juegos interiores.

Respiran nuestro aire y bombean nuestra sangre.

Dentro de ella nos desenrollamos como un ovillo con infinitas posibilidades.

La primera separación, es cuando llega el momento doloroso y feliz al mismo tiempo.

Los pechos crecen, y se dilata el corazón. Un corazón, del que no podrán expulsarnos los errores que cometemos.

Sus ojos, nos enseñan a sonreír, sus besos y abrazos nos hacen sentir importantes.

Los años pasan y nuestra vida ya no es solo suya. Ahora son los hijos quienes tenemos que dar cariño y protección.

¿Sabremos corresponder a tanto cariño, protección, derroche de ternura, y esfuerzo dedicado en nuestro favor?

Ahora, MADRE, Nos toca a nosotros, a todos los que tenemos la SUERTE, de tenerla aún.

Quiero compartir, este pequeño homenaje, con Isabel, que desde la madrugada de hoy no la tiene... y estoy segura que ha sabido corresponder a su amor y de que siempre la llevará en su corazón.