Había pensado ir al Sáhara con mi amiga Antònia P., pero las circunstancias me lo han impedido.
Antónia, ha pasado unos dias con ellos, con su familia Saharaui., en un desierto tan estéril como paupérrimo.
Yo no sé porqué, o si... siento que debo ir., y me he quedado con muchas ganas.
Si hubiera ido, supongo que vendría contando cosas como que, los saharauis nunca pierden la esperanza ni la dignidad.
Habría dormido, en esas precarias tiendas que no afianzan, porque esperan el dia que tengan que desmontarlas... y volver a su tierra y a su verdadero hogar. Esero y deseo que sea pronto.
Habría abrazado a la familia de Antónia, y vendría deslumbrada por la gentiliza y la amabilidad con que reciben... cuánto dan, cuánto enseñan, cuánto anhelan, cuánto aman, cuánto lloran....y ¡qué poco tienen!,sólo arena impregnada de olvido, y exilio.
Habría gozado de sus comidas, de sus jaimas, y no me cabe la menor duda, que me hubieran hecho sentir cómoda en esa realidad tan precaria y durísima en la que viven.
Habría gozado de su calidez y su generosidad que creo rezuma en cada rincon de sus jaimas.
Dice Antònia, que el cielo del desierto es distinto., las estrellas brillan más , pero yo creo que es el mismo cielo y las mismas estrellas, solo que Antònia sabe mirarlo con los ojos muy abiertos, y pone sus 5 sentidos en cada momento que vive con ellos. No sé si Antònia se acordará, pero en una ocasión me dijo... -- Rosa, se tiene la sensación de estar bajo un manto de estrellas.,y ahora entiendo ese manto, pero solo despues de conocerla a ella., dice que el pueblo saharaui te hace sentirte arropada.
Habría gozado mirando ese cielo., la luz eléctrica de las ciudades, nos roba cada noche su esplendor y su auténtica belleza.
Habría compartido con ellos historias ,juegos, bailes...he visto algún video (que ha hecho Ceci,)y se les ve sonreir aun con tanta adversidad en sus vidas., ya que ni el hambre ni la necesidad ha podido borrarla.
Habría compartido,la sonrisa de los niñitos jugando en el desierto curtidos por el sol., despojados de su tierra,de sus raices, mientras ese desierto desharrapa a esta gente de cuyo pasado y futuro somos todos responsabes.
Pero.....
"ME QUEDÉ CON LAS GANAS.".. me gustaria conocer el problema saharaui de primer mano, con gente que verdaderamente lo sufre... y no lo que me cuentan los políticos.
Me gustaria hacer ese viaje...para poder contar de primera mano, el sufrimiento de este pueblo, y haceles sentir, que no están olvidados.
Nunca le he preguntado a Antònia que hace cuando le entran ganas de llorar., y encuentra tantos hombros para hacerlo...quizás se quede con el nudo en la garganta... la verdad es que no lo sé.
Larguísimo es el exilio de este pueblo,y no tiene ninguna explicación, solo la verguenza de la ONU, a la que poco le importa el sufrimiento de estas gentes.
Iré... claro que iré.