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miércoles, 10 de diciembre de 2008

Virtud V




Esas palabras aumentaron de tal modo su ansiedad, que casi creia sentir dolor físico.
La siguió... Ella,caminaba mirando hacia delante con la cabeza inclinada hacia el suelo.
A cierta distancia, observó que se dirigía hasta un cementerio. El lugar parecía más solitario que nunca cuando eligió un sitio donde esconderse. Tras vacilar un momento sintió cierta repugnancia a ocultarse y espiar. No había ni una señal de un ser viviente, ni siquiera un pájaro.Ciertamente era una lúgubre escena... pero de repente, ella se iclinó sobre una tumba de mármol y besó la blanca cruz, luego se arrodilló sobre la lápida y la limpió con un trapo mojado.
Estaba tan absorta en la limpieza que no le oyó acercarse.. levantó la cabeza, se puso en pié y se quedó mirándole con terror, casi sin poder hacer ningún tipo de movimiento.
-No se asuste, por favor _ le dijo. Estoy seguro que se acuerda de mí. Allí ,elocuente en su espanto, ella le miraba por encima de la tumba.
Sólo dígame una cosa... ¿ quien hay en esta tumba?... Se calló, y guardaron los dos silencio.
_Me está usted mirando y está pensando algo- djjo ella al fin con una dicción alterada y sofocada.- ¿en qué?-
Hubo un silencio como respuesta.
Conprendió, que la mejor manera de ganar su confianza, era animarla a seguir limpiando la tumba, trabajo que continuó tocando el duro mármol como si se tratara de la piel más delicada, susurrando las palabras del epitafio una y otra vez, como si aquellos días lejanos y felices volvieran en ese momento.
-Le extrañaría mucho si le dijera que me ha sorprendido mucho verla aquí?
Levantó con un golpe seco la cabeza y le miró con recelo.
Sus manos cambiaron el trapo blanco de una mano a la otra.. y le miró con la turbación no disimulada de un niño.
-Aquí yace... un amor. Soy yo misma. Saque usted sus propias conclusiones.
Ninguna palabra, le hubiera convencido tanto como su mirada.
Aquella duda, estaba ya resuelta, pero al disiparla se abría hacia él un nuevo horizonte de incertidumbre.
Mientras se alejaba.... una frase le dejó literalmente petrificado.
-Tiene usted, una letra muy bonita-.


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